Oimiakón u Oymyakón (Оймякон) que significa literalmente agua que no se congela, (porque existen aguas termales cerca), se encuentra al Este de la Siveria Rusa y tiene alrededor de 2.200 habitantes. En 1926 alcanzó la histórica temperatura de 71.2ºC y construyeron éste monumento para recordarlo. La localidad también es conocida con El Polo de Frío y es la ciudad más fría del mundo.
El clima tan extremo es debido a las montañas que tiene alrededor, porque impiden que las masas de aire frío puedan escaparse y entonces caen sobre el valle.Existen unas barracas de madera que utilizan como cuarto de baño en el jardín, que no tiene calefacción.
La leche no se puede vender envasado, porque se congela, de hecho se vende en estado sólido, como si se tratara de un bloque de mármol. Cuando los pescadores sacan los peces del agua, en apenas 30 segundos se congelan y se convierten en piezas duras y rígidas. Los 300 niños que viven en Oymyakon acuden al colegio de forma habitual, pero no tuvieron calefacción hasta el año 2007 y tenían que tomar las clases con el abrigo puesto.
En el caso de que la temperatura baje de 52ºC, dejan de acudir a clase.
Los más jóvenes sueñan con estudiar una carrera, pero las chicas deben volver al pueblo antes de cumplir los 24, para casarse y ser madres.
Como es un pueblo turístico, acuden muchos visitantes para comprobar in situ el frío extremo de la localidad. Los coches que llegan, llevan doble acristalamiento para impedir que el frío entre dentro del habitáculo y nunca se paran los motores, porque el combustible se congelaría casi de inmediato.
Cuando Vladímir Putin visitó la región, el gobierno local avisó de que no se les ocurriera mandar por avión un Mercedes oficial sin doble acristalamiento. El Kremlin ignoró la recomendación y el coche del presidente no pasó de la primera valla publicitaria, justo detrás del aeropuerto.
Para llegar al pueblo hay que conducir por la autopista de Kolyma, también llamada carretera de los huesos, porque los trabajadores que murieron durante su penosa construcción (presos políticos y otros condenados), fueron enterrados bajo el pavimento, durante el mandato de Stalin.
En la estación veraniega, las temperaturas llegan al extremo opuesto, alcanzando temperaturas de hasta 35 grados. Las carreteras que durante el invierno eran bloques de hielo resvaladizo, ahora se convierten en lodazales por los cuales se hace casi imposible transitar.
El buen tiempo hace aflorar la vegetación y también a millones de larvas y mosquitos.Los caballos yakutos se han adaptado al frío y están cubiertos de un gran pelaje, tienen patas robustas y más cortas. Odian los establos, comen nieve y la hierva bajo la nieve a la vez y sus cuidadores están en la intemperie todo el día con ellos.
No son aptos para montar y los utilizan para tiro y alimento y han sido utilizados para expediciones al Polo Norte, debido a su gran resistencia física. El alcalde de Oymyakon entrega a los visitantes y turistas un certificado en donde indica la temperatura de la ciudad durante la visita.
Durante la era soviética, la ciudad era conocida porque en ella vivían los ancianos más longevos del país, casi todos con edades superiores a los 100 años. Las mujeres tenían una media de 18 hijos y no había apenas consumo de vodka, ya que no había supermercados que lo vendiera.
Todos los años acontece el Festival del Polo de Frío y Dschis Chan, el señor del invierno yakuto invita a sus colegas Padre Invierno de Moscú y Santa Claus de Finlandia a comer filetes de reno y beber vodka. También es momento de elegir a Miss Polo de Frío. Esta iniciativa la creó Alexander Krylov de 33 años, empeñado en traer el turismo a la pequeña ciudad.La mayoría de los habitantes de Oymyakon vive de la caza de martas y liebres, o bien crían vacas y renos.
Actualmente existe una industria lechera en la localidad y en octubre tiene que cerrar porque las vacas no soportan el frío y dejan de dar leche. Le cubren las ubres con sacos para que no se les congelen. El fenómeno se llama el aliento de cristal y es una creencia muy arragiada aquí.
Existen muchos más datos sobre ésta localidad con frío extremo, pero éstos son los más destacables. Así que ya sabes, si quieres hacer turismo extremo y te gustaría saber qué se siente con -50ºC, visita Oymyakon y pide al Ayuntamiento que te expida el correspondiente certificado.